30/8/09

LOS BESOS.....


No te olvides, temprana,
de los besos un día.
De los besos alados que a tu boca llegaron.
Un instante pusieron su plumaje encendido
sobre el puro dibujo que se rinde entreabierto.
Te rozaron los dientes.
Tú sentiste su bulto,
En tu boca latiendo su celeste plumaje.
Ah, redondo tu labio palpitaba de dicha.
¿Quién no besa esos pájaros cuando llegan, escapan?
Entreabierta tu boca vi tus dientes blanquísimos.
Ah, los picos delgados entre labios se hunden.
Ah, picaron celestes, mientras dulce sentiste
que tu cuerpo ligero, muy ligero, se erguía.
¡Cuán graciosa, cuán fina, cuán esbelta reinabas!
Luz o pájaros llegan, besos puros, plumajes.
Y oscurecen tu rostro con sus alas calientes,
que te rozan. revuelan, mientras ciega tú brillas.
No lo olvides.
Felices, mira, van, ahora escapan.
Mira: vuelan, ascienden, el azul los adopta.
Suben altos, dorados.
Van calientes, ardiendo.
Gimen, cantan, esplenden.
En el cielo deliran.


// Vicente Aleixandre

27/8/09

POEMA DEL SECRETO...

Puedo tocar tu mano sin que tiemble la mia,
y no volver el rostro para verte pasar.
Puedo apretar mis labios un día y otro día...
y no puedo olvidar.

Puedo mirar tus ojos y hablar frívolamente,
casi aburridamente, sobre un tema vulgar,
puedo decir tu nombre con voz indiferente...
y no puedo olvidar.

Puedo estar a tu lado como si no estuviera,
y encontrarte cien veces, así como al azar....
puedo verte con otro, sin suspirar siquiera,
y no puedo olvidar.

Ya ves: tú no sospechas este secreto amargo,
más amargo y profundo que el secreto del mar...
porque puedo dejar de amarte,
y sin embargo...no te puedo olvidar!

Josè Angel Buesa

25/8/09

LA PEQUEÑA MUERTE....


No nos da risa el amor
cuando llega a lo más hondo de su viaje,
a lo más alto de su vuelo:
en lo más hondo,
en lo más alto,
nos arranca gemidos y quejidos,
voces de dolor,
aunque sea jubiloso dolor,
lo que pensándolo bien nada tiene de raro,
porque nacer es una alegría que duele.
Pequeña muerte,
llaman en Francia a la culminación del abrazo,
que rompiéndonos nos junta y
perdiéndonos nos encuentra
y acabándonos nos empieza.
Pequeña muerte, la llaman;
pero grande , muy grande ha de ser,
si matándonos nos nace.
"la pequeña muerte"

Eduardo Galeano

LOS HERALDOS NEGROS.....


Hay golpes en la vida, tan fuertes ...
¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios;como si ante ellos.
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé!

Son pocos; pero son...
Abren zanjas obscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... pobre!
Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!

17/8/09

N O C T U R N O......

Una noche,
Una noche toda llena de perfumes,
de murmullos y de músicas de alas,
Una noche,
En que ardían en la sombra
nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas,
A mi lado, lentamente,
contra mí ceñida toda,
Muda y pálida
Como si un presentimiento de amarguras infinitas,
Hasta el más secreto fondo de tus fibras te agitara,
Por la senda florecida que atraviesa la llanura
Caminabas,
Y la luna llena...
Por los cielos azulosos,
infinitos y profundos esparcía su luz blanca,
Y tu sombra
Fina y lánguida,
Y mi sombra
Por los rayos de la luna proyectada
Sobre las arenas tristes
De la senda se juntaban
Y eran una
Y eran una¡
Y eran una sola sombra larga!
¡Y eran una sola sombra larga!¡
Y eran una sola sombra larga...!
Esta noche Solo; el alma
Llena de infinitas amarguras
y agonías de tu muerte,
Separado de ti misma,
por la sombra,
por el tiempo y la distancia,
Por el infinito negro,
Donde nuestra voz no alcanza,
Solo y mudo
Por la senda caminaba...
Y se oían los ladridos de los perros a la luna,
A la luna pálida
Y el chirrido de las ranas...
Sentí frío.
Era el frío que tenían en la alcoba
Tus mejillas y tus sienes
y tus manos adoradas,
Entre las blancuras níveas
De las mortuorias sábanas!
Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte,
Era el frío de la nada...Y mi sombra
Por los rayos de la luna proyectada,
Iba sola,Iba sola,
¡Iba sola por la estepa solitaria!
Y tu sombra, esbelta y ágil
Fina y lánguida,
Como en esa noche tibia de la muerta primavera,
Como en esa noche llena de perfumes,
de murmullos y de músicas de alas,
Se acercó y marchó con ella,
Se acercó y marchó con ella,
Se acercó y marchó con ella...
¡Oh las sombras enlazadas!
¡Oh las sombras de los cuerpos
que se juntan con las sombras de las almas!
¡Oh las sombras que se buscan
y se juntan en las noches de negruras y de lágrimas...!
JOSÈ ASUNCIÒN SILVA

14/8/09


CANTO XII

Siempre te encuentro, oigo tu voz,

en mis horas más secretas, cuando refulgen las gemas del alma,

como heridas por la luz de los sentidos,

cuando el tiempo me convoca a los acordes del día,

y enciende en torno a mi ser flores silvestres;

cuando la noche viene impulsando colores densos por el cielo,

como batallas del paraíso o anunciaciones sagradas;

cuando el campo se lamenta en sus animales;

cuando la madre llora y sobre su cabeza

la noche derrama su pesadumbre y el querer estar a solas;

cuando siento entrar por la ventana,

a la quieta soledad de la tristeza,

el aire de los árboles cercanos.

Tu vida y tu muerte, tuyas para siempre,

como es para sí el sueño que se ahoga en un pozo perdido,

en mí se juntan y me difunden en la tierra,

en ese instante que se detiene iluminando la memoria,

igual al relámpago que enciende un horizonte sagrado,

en el momento en que el día y la noche se juntan,

plenos de profundidades de lo eterno,

en una densa agitación de oscuros caballos celestes

que se agigantan para el engendro de un poderoso enigma,

sobre las montañas, sobre las ciudades

y las frentes pensativas.

Padre de mi soledad.Y de mi poesía.
//
Vicente Gerbasi

12/8/09

CADA POEMA...

Cada poema un pájaro que huye
del sitio señalado por la plaga.
Cada poema un traje de la muerte
por las calles y plazas inundadas
en la cera letal de los vencidos.
Cada poema un paso hacia la muerte,
una falsa moneda de rescate,
un tiro al blanco en medio de la noche
horadando los puentes sobre el río,
cuyas dormidas aguas viajan
de la vieja ciudad hacia los campos
donde el día prepara sus hogueras.
Cada poema un tacto yerto
del que yace en la losa de las clínicas,
un ávido anzuelo que recorre
el limo blando de las sepulturas.
Cada poema un lento naufragio del deseo,
un crujir de los mátiles y jarcias
que sostienen el peso de la vida.
Cada poema un estruendo de lienzos que derrumban
sobre el rugir helado de las aguas
el albo aparejo del velamen.
Cada poema invadiendo y desgarrando
la amarga telaraña del hastío.
Cada poema nace de un ciego centinela
que grita al hondo hueco de la noche
el santo y seña de su desventura.
Agua de sueño, fuente de ceniza,
piedra porosa de los mataderos,
madera en sombra de las siempre
vivas,metal que dobla por los condenados,
aceite funeral de doble filo,
cotidiano sudario del poeta,
cada poema esparce sobre el mundo
el agrio cereal de la agonía.

Poemas de Alvaro Mutis

4/8/09

AMOR...


Mujer, yo hubiera sido tu hijo,
por beberte la leche de los senos
como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado
y tenerte en la risa de oro y la voz de cristal.
Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasara sin pena al lado mío
y saliera en la estrofa -limpio de todo mal-.
Cómo sabría amarte, mujer,
cómo sabría amarte,
amarte como nadie supo jamás!
Morir y todavía amarte más.
Y todavía amarte más y más.
//
Poemas de Pablo Neruda