Cae al suelo una lágrima,
esa que parece un cuarzo, que parece lluvia,
que parece cera...que es tuya,
que es mía.
El umbral del amanecer,
carece de calor, una brisa insípida
toca la ventana...entra a la cama
recordando mi soledad...
Es lo que llena mi espíritu de fuerzas
la presencia de esa sombra,
que ilumina mi camino.
Esas lágrimas que inducen crecer en mi
la esperanza,
aunque confieso que me hacen
la esperanza,
aunque confieso que me hacen
ser serena...violenta...
callada...reservada.
Soy de piedra si no lo enredas,
soy yo el umbral de mis amores,
la fortaleza de mi resistencia...
Soy la vida, soy maestra de mi paciencia.
Rosalía Aguiar Castro
BELLO POEMA!
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