5/9/10

EL CENTENARIO DE JOSE ANGEL BUESA....

José Ángel Buesa.- La Habana
El pasado 2 de septiembre de 1910, nació en Cruces, antigua provincia cubana de Las Villas, el poeta José Ángel Buesa.
No hemos sido justos con él durante los últimos cincuenta años, sobre todo, la crítica de poesía en Cuba.
El pueblo no sólo no lo ha olvidado, sino que lo sigue leyendo.
No fue el poeta genial que afirmaron sus admiradores a toda costa.
Pero tampoco fue el pésimo poeta cursi del que no pocos hicieron mofa, o lo omitieron en sus estudios.
Cien años es bastante tiempo para resistir en la memoria. Su primer libro fue de 1932, han pasado ochenta años desde que comenzó a publicar su poesía en revistas. La permanencia en la memoria del pueblo por tanto tiempo, debe tener razones justificadas.
Expresó elementos de la identidad cubana relativos a lo emocional.......Y su poesía sigue viva.
Nos guste o no nos guste este poeta de obra tan criticable como la de cualquier creador, de más altos o más bajos aciertos, esa obra es patrimonio de nuestra nación, y merece nuestro respeto, el respeto, además, que merece la porción del pueblo cubano que lo sigue amando, a pesar de todo. José Ángel Buesa (Cruces, 2 de septiembre de 1910, Santo Domingo, RD, 14 de agosto de 1982) ha cumplido cien años.

Fragmento
Yo volveré algún día,
vivo o muerto. Pero ese día,
de cualquier manera,
será mi corazón como un desierto
que repentinamente floreciera.
José Ángel Buesa.
Reproducido: Listin Diario
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HOMENAJE A JOSE ANGEL BUESA
  Poema Del Fracaso

Mi corazón, un día, tuvo un ansia suprema,
que aún hoy lo embriaga cual lo embriagara ayer;
Quería aprisionar un alma en un poema,
y que viviera siempre... Pero no pudo ser.

Mi corazón, un día, silenció su latido,
y en plena lozanía se sintió envejecer;
Quiso amar un recuerdo más fuerte que el olvido
y morir recordando... Pero no pudo ser.

Mi corazón, un día, soñó un sueño sonoro,
en un fugaz anhelo de gloria y de poder;
Subió la escalinata de un palacio de oro
y quiso abrir las puertas... Pero no pudo ser.

Mi corazón, un día, se convirtió en hoguera,
por vivir plenamente la fiebre del placer;
Ansiaba el goce nuevo de una emoción cualquiera,
un goce para el solo... Pero no pudo ser.

Y hoy llegas tu a mi vida, con tu sonrisa clara,
con tu sonrisa clara, que es un amanecer;
y ante el sueño más dulce que nunca antes soñara,
quiero vivir mi sueño... Pero no puede ser.

Y he de decirte adiós para siempre, querida,
sabiendo que te alejas para nunca volver,
Quisiera retenerte para toda la vida...
Pero no puede ser! ....Pero no puede ser!

CANCION DEL AMOR LEJANO

Ella no fué, entre todas, la más bella,
pero me dió el amor más hondo y largo.
Otras me amaron más; y sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.

Acaso fué porque la amé de lejos,
como una estrella desde mi ventana...
Y la estrella que brilla más lejana
nos parece que tiene más reflejos.

Tuve su amor como una cosa ajena
como una playa cada vez más sola,
que unicamente guarda de la ola
una humedad de sal sobre la arena.

Ella estuvo en mis brazos sin ser mía,
como el agua en cántaro sediento,
como un perfume que se fué en el viento
y que vuelve en el viento todavía.

Me penetró su sed insatisfecha
como un arado sobre llanura,
abriendo en su fugaz desgarradura
la esperanza feliz de la cosecha.

Ella fué lo cercano en lo remoto,
pero llenaba todo lo vacío,
como el viento en las velas del navío,
como la luz en el espejo roto.

Por eso aún pienso en la mujer aquella,
la que me dió el amor más hondo y largo...
Nunca fué mía. No era la más bella.
Otras me amaron más ... Y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.

LAMENTABLE

Desde este mismo instante seremos dos extraños
por estos pocos días, quien sabe cuántos años,
yo seré en tu recuerdo como un libro prohibido
uno de esos que nadie confiesa haber leído.

Y así mañana, al vernos en la calle, al ocaso,
tú bajaras los ojos y apretarás el paso,
y yo, discretamente, me cambiaré de acera,
o encenderé un cigarro, como si no te viera.

Seremos dos extraños desde este mismo instante
y pasarán los meses, y tendrás otro amante:
y como eres bonita, sentimental y fiel,
quizás, andando el tiempo, te casarás con él.

Y ya, más que un esposo será como un amigo,
aunque nunca le cuentes que has soñado conmigo,
y aunque, tras tu sonrisa, de mujer satisfecha,
se te empañen los ojos, al llegar una fecha.

Acaso, cuando llueva, recordarás un día
en que estuvimos juntos y en que también llovía.
Y quizás nunca más te coloques aquel traje
de terciopelo verde, con adornos de encaje.

O harás un gesto mío, tal vez sin darte cuenta,
cuando dobles tu almohada con mano soñolienta.
Y domingo a domingo, cuando vayas a misa,
de tu casa a la iglesia, perderás tu sonrisa.

¿Qué más puedo decirte? Serás la esposa honesta
que abanica al marido cuando ronca la siesta,
y tras fregar los platos y tras tender las camas,
te pasarás las noches sacando crucigramas.

Y así, años y años, hasta que, finalmente,
te morirás un día, como toda la gente.
Y voces que aún no existen sollozarán tu nombre,
y cerrarán tus ojos los hijos de otro hombre.

José Ángel Buesa

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