23/5/10

POEMA DE LAS COSAS...


Quizás estando sola, de noche, en tu aposento

Oirás que alguien te llama sin que tú sepas quién

Y aprenderás entonces, que hay cosas como el viento

Que existen ciertamente, pero que no se ven

Y también es posible que una tarde de hastío

Como florece un surco, te renazca un afán

Y aprenderás entonces que hay cosas como el río

Que se están yendo siempre, pero que no se van.


O al cruzar una calle, tu corazón risueño

Recordará una pena que no tuviste ayer

Y aprenderás entonces que hay cosas como el sueño,

Cosas que nunca han sido, pero que pueden ser.


Por más que tú prefieras ignorar estas cosas

Sabrás por qué suspiras oyendo una canción

Y aprenderás entonces que hay cosas como rosas,

Cosas que son hermosas sin saber que lo son.


Y una tarde cualquiera sentirás que te has ido

Y un soplo de ceniza regará tu jardín

Y aprenderás entonces que el tiempo y el olvido

Son las únicas cosas que nunca tienen fin.


José Angel Buesa..

POEMA DE LA ESPERA....


Yo sé que tú eres de otro y a pesar de eso espero.

Y espero sonriente porque yo sé que un día

Como en amor el último vale más que el primero

Tú tendrás que ser mía.


Yo sé que tú eres de otro pero eso no me importa.

Porque nada es de nadie si hay alguien que lo ansía.

Y mi amor es tan largo y la vida es tan corta

Que tendrás que ser mía.


Yo sé que tú eres de otro.

Pero la sed se sacia solamente en el fondo de la copa vacía.

Y como la paciencia puede más que la audacia

Tú tendrás que ser mía.


Por eso en lo profundo de mis sueños despiertos

Yo seguiré esperando porque sé que algún día

Buscarás el refugio de mis brazos abiertos

Y tendrás que ser mía.

José Angel Buesa

POEMA CREPUSCULAR...

En el recogimiento de la tarde que muere,

Entre las imprecisas brumas crepusculares,

Cada jirón de sombra cobra vida, y sugiere

Vaporosas siluetas familiares.

En la brisa que pasa, parece que suspira

La virgen de ojos claros que aún sueña en mi regreso;

El rumor de las frondas abre el ala de un beso,

Y desde aquella estrella, alguien me mira.

Allá, entre la alameda, se perfila la sombra

Grácil de la mujer que amé más en la vida,

Y en la voz de la fuente vibra una voz querida,

Que en su canción de oro y cristal me nombra.

Todo canta, a esa hora, la canción olvidada;

Todo sueña el ensueño que quedó trunco un día,

Y verdece de nuevo la ilusión agostada,

Ebria de fe, de ardor y de armonía.

Y entre la sutil bruma de prestigios de incienso

Que exalta mis recuerdos y mi melancolía,

En la paz de este parque abandonado, pienso

En la mujer que nunca será mía.



M I S T E R I O....


Si tu alma pura es un broche

Que para abrirse a la vida

Quiere la calma adormecida

De las sombras de la noche;


Si buscas como un abrigo

Lo más tranquilo y espeso,

Para que tu alma y tu beso

Se encuentren sólo conmigo;


Y si temiendo en tus huellas

Testigos de tus amores,

No quieres ver más que flores,

Más que montañas y estrellas;


Yo sé muchas grutas, y una

Donde podrás en tu anhelo,

Ver un pedazo de cielo

Cuando aparezca la luna.


Donde a tu tímido oído

No llegarán otros sones

Que las tranquilas canciones

De algún ruiseñor perdido.


Donde a tu mágico acento

Y estremecido y de hinojos,

Veré abrirse ante mis ojos

Los mundos del sentimiento.


Y donde tu alma y la mía,

Como una sola estrechadas,

Se adormirán embriagdas

De amor y melancolía.


Ven a esta gruta y en ella

Yo te daré mis desvelos,

Hasta que se hunda en los cielos

La luz de la última estrella.

Y antes que el ave temprana

Su alegre vuelo levante

Y entre los álamos cante

La vuelta de la mañana.


Yo te volveré al abrigo

De tu estancia encantadora,

Donde el recuerdo de esa hora

Vendrás a soñar conmigo...


Mientras que yo en el exceso

De la pasión que me inspiras

Iré a soñar que me miras,

E iré a soñar que te beso.


MANUEL ACUÑA