13/4/14

CUANDO YO ME VAYA...


Cuando yo me vaya, no quiero que llores

quédate en silencio, sin decir palabras,

y vive recuerdos, reconforta el alma.
Cuando yo me duerma, respeta mi sueño,
 por algo me duermo;
por algo me he ido.

Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada,
 y casi en el aire, con paso muy fino, búscame en mi casa,

búscame en mis libros, búscame en mis cartas,
y entre los papeles que he escrito apurado.

Ponte mis camisas, mi sweater,
 mi saco y puedes usar todos mis zapatos.

Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama,
y cuando haga frío, ponte mis bufandas.

Te puedes comer todo el chocolate
y beberte el vino que dejé guardado.

 
Escucha ese tema que a mí me gustaba,
 usa mi perfume y riega mis plantas.

Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima,
corre hacia el espacio, libera tu alma,
palpa la poesía, la música, el canto
 y deja que el viento juegue con tu cara.

Besa bien la tierra, toma toda el agua
 y aprende el idioma vivo de los pájaros.
 

Si me extrañas mucho, disimula el acto,
 búscame en los niños, el café, la radio
y en el sitio ése donde me ocultaba.

No pronuncies nunca la palabra muerte
A veces es más triste vivir olvidado
que morir mil veces y ser recordado.

Cuando yo me duerma, no me lleves flores
 a una tumba amarga,
grita con la fuerza de toda tu entraña
que el mundo está vivo y sigue su marcha.

 
La llama encendida no se va a apagar
por el simple hecho de que no esté más.

Los hombres que “viven” no se mueren nunca,
 se duermen de a ratos, de a ratos pequeños,
y el sueño infinito  es sólo una excusa.

 
Cuando yo me vaya, extiende tu mano,
y estarás conmigo sellada en contacto,
y aunque no me veas, y aunque no me palpes,
sabrás que por siempre estaré a tu lado.

Entonces, un día, sonriente y vibrante,
sabrás que volví para no marcharme.

Autor: Carlos Alberto Boaglio.

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